Los impuestos que golpean a una empresa en su primer año (y cómo anticiparlos sin sorpresas)
Resumen ejecutivo: al constituir una sociedad en Argentina, es clave anticipar el impacto de los impuestos sobre la rentabilidad del negocio. En su primer año, una empresa suele enfrentar cinco tributos principales: IVA, Ingresos Brutos, Ganancias, cargas sociales y otras tasas locales o específicas. La presión fiscal combinada puede superar el 50% de la facturación si no se planifica adecuadamente. Desde B Consultores, ayudamos a proyectar y optimizar este flujo impositivo desde el inicio, para evitar sorpresas y asegurar que cada decisión esté alineada con la salud financiera del emprendimiento.

Al momento de constituir una sociedad o iniciar un emprendimiento en Argentina, es fundamental comprender el impacto que pueden tener los impuestos en la rentabilidad del proyecto. Nuestro país se caracteriza por una presión impositiva elevada, que en ciertos casos puede superar el 50% de la facturación bruta. Por eso, desde B Consultores siempre ponemos especial énfasis en planificar este aspecto desde el inicio. A continuación, repasamos los principales tributos que afectan a la mayoría de las sociedades durante su primer año de actividad.
Uno de los impuestos más relevantes es el IVA (Impuesto al Valor Agregado). Se trata de un tributo que grava el valor incorporado en cada etapa de la cadena de producción y comercialización. La alícuota general es del 21%, aunque existen tasas reducidas para ciertos bienes de primera necesidad. Este impuesto funciona de manera no acumulativa: el IVA generado por las ventas (débito fiscal) se puede compensar con el IVA abonado en las compras vinculadas a la actividad (crédito fiscal). Por ejemplo, si una sociedad vende un producto en $121, y su costo de adquisición fue $60,50, tendrá un débito fiscal de $21 y un crédito fiscal de $10,50. En este caso, la diferencia —es decir, el impuesto a ingresar— será de $10,50.
Otro impuesto de fuerte impacto es Ingresos Brutos, administrado por las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A diferencia del IVA, este tributo no tiene un mecanismo de compensación y se aplica directamente sobre la facturación neta de IVA, sin considerar los costos del negocio. La alícuota varía según la jurisdicción y la actividad, pero suele rondar el 3,5%. Lo más problemático de este impuesto es su efecto cascada: cada vez que un producto o servicio pasa por una nueva etapa de la cadena de valor, vuelve a tributar, lo que distorsiona los precios y aumenta significativamente el costo final.
El impuesto a las ganancias también debe ser considerado desde el inicio. En el caso de las sociedades, se aplica sobre la utilidad neta obtenida en el ejercicio fiscal, permitiendo deducir la mayoría de los costos y gastos necesarios para llevar adelante la actividad. La tasa impositiva va del 25% al 35%, dependiendo del nivel de ganancia alcanzado. Para los socios, en caso de distribuirse utilidades, también pueden generarse cargas adicionales, por lo que resulta clave evaluar la estructura societaria más conveniente según el perfil del proyecto.
Además, si la empresa contrata personal, debe afrontar aportes y contribuciones a la seguridad social. Estas cargas laborales pueden representar entre un 25% y un 40% adicional sobre el salario bruto de cada empleado. Es un componente importante que muchos emprendedores no contemplan al momento de presupuestar el costo de su estructura operativa.
Por último, existen otros tributos y tasas que pueden impactar la actividad: impuestos selectivos internos (como los monofásicos que aplican en ciertas industrias), tasas municipales por habilitación o inspección, sellos provinciales y, en algunos casos, obligaciones personales de los socios como el Impuesto sobre los Bienes Personales. La combinación de estos gravámenes puede generar una carga impositiva muy significativa si no se planifica correctamente.
En síntesis, abrir una sociedad en Argentina implica considerar un conjunto amplio de obligaciones fiscales que, si no se gestionan adecuadamente, pueden poner en riesgo la rentabilidad del negocio. Por eso, en B Consultores trabajamos con nuestros clientes en una planificación tributaria integral que permita anticipar costos, evitar contingencias y tomar decisiones informadas desde el primer día. Si estás por iniciar un proyecto o querés mejorar la estructura fiscal de tu empresa, no dudes en escribirnos. Estamos para ayudarte.
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