¿Conviene abrir una SAS en 2025? Ventajas, límites y alternativas vigentes
Resumen ejecutivo: Al evaluar la constitución de una sociedad en Argentina, la SAS —creada en 2017 para simplificar trámites, incluso en proyectos unipersonales— ha perdido buena parte de su agilidad debido a mayores controles y exigencias administrativas, lo que diluye sus beneficios prácticos. Hoy, estructuras tradicionales como la SRL y la SA resultan más robustas: la SRL se adapta mejor a emprendimientos familiares o de socios estables (menor costo y gestión sencilla), mientras que la SA brinda flexibilidad para incorporar inversores y modificar participaciones con facilidad. Hasta que la SAS recupere su operatividad original, conviene optar por SRL o SA para garantizar seguridad jurídica y fluidez operativa; en B Consultores analizamos cada caso y proponemos la figura óptima para proteger patrimonio y maximizar la eficiencia fiscal.

En la Argentina existen varias estructuras jurídicas para emprender, pero las más elegidas siguen siendo la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), la Sociedad Anónima (SA) y la Sociedad Anónima Simplificada (SAS). La SAS nació en 2017 con un propósito claro: simplificar trámites y otorgar protección patrimonial a los emprendedores mediante un esquema ágil, incluso para proyectos unipersonales. Además, podía constituirse a distancia a través de la plataforma TAD y, en teoría, quedar inscripta en 24 horas.
Con el tiempo, sin embargo, las SAS fueron objeto de mayor control. Se las señaló como vehículos para maniobras ilícitas (facturas apócrifas, ocultamiento de titulares reales o desvío de riesgos laborales). En la práctica, cualquier sociedad de capital puede emplearse con esos fines, pero la SAS terminó recibiendo el trato más restrictivo: trámites más lentos, exigencia de documentación adicional y fallas frecuentes en el sistema a distancia que diluyeron sus ventajas iniciales.
Frente a este panorama, en B Consultores hoy recomendamos estructuras tradicionales (SRL o SA). Ambas brindan la robustez jurídica necesaria para separar el patrimonio personal de los socios y facilitan la operativa bancaria y fiscal. ¿Cuál conviene? Cuando se trata de proyectos familiares o con socios estables (sin entrada ni salida frecuente de inversores), la SRL suele ser la opción más simple y económica. En cambio, si se prevé un movimiento constante de accionistas o la necesidad de atraer capital externo, la SA ofrece mayor flexibilidad.
La SAS no ha perdido su fundamento teórico y es posible que, con el tiempo, recupere la agilidad prometida. Mientras tanto, la certeza jurídica y la eficiencia administrativa pesan más que la promesa de rapidez. En B Consultores analizamos cada caso y proponemos la forma societaria que mejor se adapta a los objetivos del emprendimiento. Si querés profundizar tu situación particular, contactanos: la primera asesoría es gratuita y podemos ayudarte a elegir con respaldo técnico y visión estratégica.