¿Cómo constituir una SRL o SA en Argentina en 2025? Guía completa para crear tu empresa sin trabas
¿Estás por crear una empresa en Argentina y no sabés por dónde empezar? En esta guía completa te explicamos paso a paso cómo constituir una SRL o SA en 2025: desde la elección del tipo societario hasta la apertura de cuenta bancaria, el alta en AFIP y cómo operar legalmente sin trabas. Además, te contamos qué pasa si querés importar o exportar, cuánto puede costarte el proceso y cómo evitar errores que te hagan perder tiempo y dinero.

Si sos emprendedor, profesional, inversor local o extranjero y estás buscando conocer el proceso completo para crear una empresa en Argentina, es fundamental que conozcas los pasos, requisitos y desafíos que vas a enfrentar. Constituir una sociedad es un proceso complejo y técnico, por eso siempre recomendamos trabajar de la mano de un equipo de profesionales que acompañe cada etapa con precisión y conocimiento.
1. Elegir el tipo societario
El primer paso consiste en definir la forma jurídica que tendrá la empresa. Si bien existen múltiples opciones, las más utilizadas en Argentina son tres: la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), la Sociedad Anónima (SA) y la Sociedad por Acciones Simplificada (SAS). A continuación, repasamos brevemente en qué casos conviene cada una:
- SRL (Sociedad de Responsabilidad Limitada): Ideal para proyectos cerrados o familiares, con socios estables que buscan protección patrimonial. Limita el riesgo al capital aportado, lo que significa que ante cualquier eventualidad, los bienes personales de los socios no se ven comprometidos. Es una de las estructuras más recomendadas desde B Consultores.
- SA (Sociedad Anónima): Brinda las mismas ventajas patrimoniales que la SRL, pero permite mayor flexibilidad en la entrada y salida de inversores. Está orientada a proyectos de mayor escala, requiere capital inicial más alto y tiene obligaciones administrativas más estrictas (como renovación periódica de autoridades).
- SAS (Sociedad por Acciones Simplificada): En teoría, es la opción ideal para pequeños emprendedores: bajo capital, trámite 100 % digital y aprobación en 24 horas. En la práctica, actualmente sufre muchas trabas: demoras de meses en su inscripción, fallas técnicas en la plataforma TAD, y serias dificultades para operar y modificarla una vez constituida. Por eso hoy es una figura de uso limitado.
En resumen, tanto la SRL como la SA siguen siendo las estructuras más sólidas para desarrollar una actividad económica formal y sostenible en Argentina.
2. Redacción del estatuto y constitución legal
Una vez definido el tipo societario, el siguiente paso es redactar el estatuto, donde se detallan aspectos clave como: nombre de la sociedad, domicilio legal, objeto social, capital a integrar, participación de los socios, órganos de administración, duración y atribuciones.
Con el estatuto aprobado por las partes, se procede a la firma del contrato, certificación de firmas y presentación ante el organismo de control correspondiente (por ejemplo, IGJ en CABA o registro público provincial).
La elección del domicilio legal es fundamental, ya que determina la jurisdicción que ejercerá control sobre la sociedad.
3. Altas impositivas y activación ante AFIP
Con la sociedad ya inscripta, el siguiente paso es obtener el CUIT y dar de alta los impuestos en AFIP (hoy parte de ARCA). Para esto se presentan:
- Estatuto inscripto
- Documentación de los socios y del administrador
- Designación de responsable de clave fiscal
- Declaración del domicilio fiscal y actividad económica
Normalmente, los impuestos que se activan son:
- IVA
- Impuesto a las Ganancias
- Ingresos Brutos (local o Convenio Multilateral)
Además, en ciertos casos corresponde tributar como responsable sustituto el Impuesto sobre los Bienes Personales (por la participación de los socios) y el Impuesto a las Ganancias sobre dividendos distribuidos.
4. Apertura de la cuenta bancaria
Con los impuestos activos, se puede avanzar con la apertura de la cuenta corriente. Los requisitos básicos suelen ser:
- Estatuto inscripto
- CUIT activo
- Altas impositivas
- Documentación del representante legal y socios
Un punto clave: como la sociedad es nueva y no tiene historial financiero, los bancos suelen analizar el perfil crediticio de los socios. Si alguno figura como deudor de riesgo (por ejemplo, en Veraz), puede generar demoras o incluso el rechazo de la cuenta. De todos modos, cada banco tiene sus propios criterios, por lo que si uno rechaza la solicitud, otro puede aceptarla. El verdadero problema aparece cuando se requiere financiamiento bancario: en ese caso, el perfil de los socios es determinante.
5. Alta como importador o exportador
Una vez que la empresa está operativa en el mercado interno, si el proyecto involucra comercio exterior, se deberá tramitar el alta como importador/exportador ante la AFIP.
Este trámite exige completar formularios, presentar documentación complementaria y, en muchos casos, demostrar cierta capacidad operativa (infraestructura, facturación proyectada, etc.).
Además, algunos rubros requieren habilitaciones o controles adicionales de terceros organismos como SENASA, ANMAT o INAL, según el tipo de mercadería. Por eso, siempre es recomendable trabajar en conjunto con un despachante de aduana, además del equipo contable.
6. ¿Cómo sigue el día a día?
Con la sociedad legalmente constituida, inscripta en AFIP y con cuenta bancaria operativa, ya puede facturar y realizar cualquier tipo de operación económica vinculada a su objeto.
A partir de aquí, se vuelve indispensable llevar una planificación financiera e impositiva ordenada, con registro diario de operaciones, presentación de declaraciones juradas, control de ingresos y egresos, manejo de sueldos (si hay empleados) y cumplimiento de obligaciones contables.
La desorganización en estas áreas puede implicar sanciones, multas y, sobre todo, pérdida de eficiencia financiera que afecta la rentabilidad real del negocio.
Costos y asesoramiento integral
Como pudiste ver, crear una empresa requiere la intervención de distintos profesionales: abogados, escribanos, contadores, gestores e incluso despachantes de aduana. Esto puede representar un costo elevado si no se cuenta con una planificación adecuada.
Desde B Consultores, ofrecemos un servicio integral que se adapta a la escala y necesidades de cada proyecto. Ya sea que se trate de un pequeño emprendimiento o de una inversión extranjera compleja, trabajamos de forma personalizada para acompañarte en cada etapa y resolver cualquier obstáculo que pueda surgir.
Te invitamos a contarnos tu proyecto. La primera consulta es gratuita y está pensada para que puedas despejar todas tus dudas y avanzar con seguridad en un camino que muchas veces está lleno de incertidumbre.